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El simulador de sepulturero

Autor: @Bjdocampo

El juego que nos ocupa en este análisis es uno de esos tapados, desaparecidos, quizás ensombrecidos por otros. Uno de esos juegos que sale en mal momento y que pasa sin pena ni gloria por las tiendas virtuales de diferentes plataformas.

Pero en Hashtagjugando, siempre prestos y dispuestos a ofrecer un producto diferente y, animados por la falta de información y análisis de este juego, dos años después de su lanzamiento, nos disponemos a hacer esta mediocre review para que os animéis ahora que llega el mal tiempo a matar las horas antes de que llegue la tan poco esperada Next Gen.

¿Qué es Graveyard Keeper?

Muchos en su momento lo denominaron como el ”Stardew Valley de cementerios’‘. Y como decía Homer Simpson; ”No les falta razón, no les sobra razón”.

De entrada nos encontramos con una estética casi idéntica al maldito Stardew Valley. Unos gráficos noventeros, con ese aura Megadrive o Super Nintendo que le da ese aire de Harvest Moon clásico que tiene ese ”no se qué” que tanto nos atrae a mayores y jóvenes.

Básicamente el juego es un simulador de guardián de cementerio con toques de farmeo, granja, cocina, una pizca de acción y un condimento rolero con mucho humor.

En este sentido Graveyard Keeper va mucho más allá que Stardew Valley. Aquí tenemos un objetivo final y para llegar a él tenemos que seguir una serie de misiones que van enlazadas unas con otras y que puede durar tanto como nos apetezca. Pero antes de entrar en materia vamos a hacer un resumen de la historia del juego.

El amor de mi vida has sido tú.

Has sufrido un accidente, apareces en un fondo blanco con un anciano que te dice que tienes una segunda oportunidad y cuando te das cuenta…ZAS!! te despiertas en un mundo diferente al tuyo.

Un mundo antiguo, medieval, donde todo el mundo habla raro y donde por mucho que preguntas no puedes situar en el tiempo y el espacio. Como si fuera otra dimensión.

En este mundo te encuentras un guía. Una calavera parlante, Gerry, muy simpática por cierto. Gerry te irá guiando al principio para poder situarte y empezar a desarrollar la acción. Tu papel en este nuevo mundo es ser el guardián del cementerio y como tal, muchos serán los trabajos a llevar a cabo.

Todo esto claro, sirve de hilo conductor para poder volver a tu mundo con tu amada esposa.

Será lo primero que piensas, ”este juego es raro de cojones”

Ora et labora

Nuestras labores en el cementerio son las que podéis imaginar. Tendremos que recoger los cuerpos de los difuntos que nos dejen en la puerta. Habrá que hacerles la consiguiente autopsia, darles sepultura y dejar apañada la tumba del susodicho fiambre. Esto puede parecer un tanto monótono pero si algo tiene este juego es que cuando algo te parece sencillo, siempre se puede complicar. Por ejemplo:

Cuando hacemos una autopsia podremos sacar diferentes partes del cuerpo del cadáver. Con esas partes; sangre, huesos, piel, grasa…podremos farmear nuevos materiales o incluso venderlos a otros personajes para sacarnos unas perras. Puede parecer un tanto escatológico pero encaja genial en la temática del juego. Un ejemplo de ello es al principio de la historia. Una de las primeras misiones que tenemos es conseguir un sello de certificado de calidad de carne para poder venderle al posadero la carne humana de los muertos para que él pueda venderla como carne animal.

Todo en Graveyar Keeper ronda lo oscuro y lo cómico con un humor negro de lo más sutil.

Claro está que cuanto mejor esté cuidado el cementerio, más beneficios tendremos. Más podremos avanzar en la historia y sus consecuentes recompensas. Cada semana vendrá el Obispo de la Villa para calificar nuestro trabajo además de que ciertos NPCs que solo nos facilitarán las cosas según avancemos en este aspecto.

Un burro sindicalista. Toda una alegoría.

No solo de enterrar vive el hombre

Como decía al principio, el juego va mucho más allá de la mera simulación sepultórica.

Tendremos que cultivar una pequeña granja, al estilo Stardew Valley, cocinar (hay decenas de recetas) , farmear materiales como madera, minerales, piedra o alimentos. A esto hay que sumarle el crafteo de herramientas, de utensilios e incluso la consecución de documentos y permisos para poder avanzar a las diferentes habilidades.

¿Talentos? Si, talentos.

A todo esto habrá que sumarle un árbol de habilidades que iremos desbloqueando según avanzamos en la historia. Habilidades como la cocina, alquimia, anatomía y hasta teología que serán el mejor aliado para ir avanzando poco a poco pero seguros en la historia del juego.

El árbol de habilidades da una pereza terrible

Ganándose el respeto de los gañanes.

La interacción con otros personajes es clave para avanzar en la historia. Todos los NPC tendrán su historia, de casi todos necesitaremos algo pero siempre ellos nos pedirán otra cosa a cambio.

Nos encontraremos con un astrólogo que nos pide una calavera, un farero que nos pedirá luciérnagas para enseñarnos a pescar, un obispo de la inquisición que nos animará a quemar brujas y así un largo etcétera. Las relaciones con los personajes se mostrarán en un menú bastante incómodo y dependiendo de el nivel de afinidad con unos u otros (ya que algunos están enfrentados entre si).

La historia del juego discurrirá de una manera o de otra. Aún así el final siempre será el mismo.

El astrólogo tiene un aire un tanto…pederasta.

Bonito y resultón

En el apartado técnico nos encontramos con un juego muy bien cuidado. Unos gráficos clásicos, superiores en todos los aspectos a Stardew Valley pero manteniendo esa estética 16bit tan de moda hoy en día.

La música más que buena, bien llevada a cabo y que conjuga muy bien con la temática del juego. Desde melodías siniestras hasta alegres sintonías, dependiendo de la zona en la que nos movamos.

A veces menos es más.

¿Por qué digo esto? Sencillo. Porque de entrada, Graveyard Keeper puede llegar a saturar. Es mucho lo que hay que hacer. Muchas tareas, muchos materiales, herramientas, crafteos y sobretodo misiones. Las dos primeras horas de juego son muy densas. Apenas has terminado una misión y te encuentras diez más. A esto hay que sumarle el trabajo en el cementerio, en la granja y las relaciones sociales, sin dejar de lado que nuestro personaje tiene que dormir y comer.

Da la sensación de que han querido hacer tanto que se han pasado y ha quedado un juego más complejo de lo que puedes llegar a esperar cuando lo compras. Todo sucede demasiado rápido, es como una buena hostia en la cara sin nisiquiera decir buenas tardes.

Da la sensación de que han querido hacer tanto que se han pasado y ha quedado un juego más complejo de lo que puedes llegar a esperar cuando lo compras

Aún así, según avanzas y descubres cosas el juego es delicioso y te atrapa como una mosca en una telaraña. Huelga decir que para completar la historia necesitaremos unas 50 o 60 horas, pero como he dicho al principio, puede durar tanto como querramos que lo haga.

Estéticamente es delicioso

Y entonces ¿Qué hacemos?

Si os ha gustado Stardew Valley y ya estáis cansados, este juego es una excelente alternativa. Es más en todo pero de entrada hay que ser consciente de que el juego quiere horas, muchas horas e incluso a veces lápiz y papel. Tiene muchas virtudes pero también defectos pero para tener instalado en una Switch y meterle horas en esas tardes de otoño que se avecinan es un complemento perfecto.

También hay fantasmas sodomitas

VEREDICTO

GRÁFICOS

60%

SONIDO

30%

JUGABILIDAD

80%

DURACIÓN

90%

POSITIVO


  • Stardew Valley Like
  • Más completo que SW
  • Artísticamente fantástico
  • Su humor negro es genial
  • Un agujero negro de horas…

NEGATIVO


  • …que te puede joder la vida
  • Interfaz muy confusa y revuelta
  • No sabe administrar el desarrollo
  • Garry se cree muy gracioso
  • Sentirte perdido por momentos
7 Graveyard Keeper es un Stardew Valley vitaminado. Pero quizás demasiado, mejor dicho, ciclado. Tiene todo de más y eso se vuelve en su contra. Si tienes mucho tiempo es un juego perfecto ya que tanto contenido se hace atractivo, sino, no le dediques más de media hora al día o estarás jodid@. Aún así es perfecto para el otroño. Son esas castañas asadas que tanto apetecen cuando llega el frío pero cuando tienes que pelarlas, limpiarlas, soplarlas y comerlas, a la tercera castaña ya estás empachado.
Corneo

Juego,leo y escribo

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