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Entre Miyazaki y Miyamoto

Autor: @Bjdocampo

PixelArt. El arte del pixel. Una seudodisciplina artística que ha necesitado cuarenta años para poder reivindicarse. Y es que los tiempos han cambiado y si antes se valoraba el trazo de una línea con un lápiz o pincel, con el cincel de un escultor o con la nota musical del compositor, el pixel se ha convertido en un elemento artístico más a tener en cuenta. Un cuadrado, una combinación de unos y ceros que gracias a la imaginación de unos y la dedicación de otros es capaz de crear composiciones artísticas como las que tratan este artículo.

Y es que tostones aparte, Eastward ante todo, antes que un videojuego, lo podemos calificar de obra. No, no una obra maestra como a Ocarina of Time o FF7, no pasará a los anales de la historia del videojuego como uno de los grandes, probablemente no nos acordemos de él dentro de dos años, pero como si de un cuadro se tratase, nos hará vivir “el momento”.

Y ese momento, ese paladeo del instante, es lo que hace que sea tan disfrutable y recomendable.

Entre Nintendo y Ghibli

Como reza el titular de este análisis, así podríamos calificar este juego. Y es que Eastward bebe mucho de los dos. Quiere ser Zelda sin ser Zelda y quiere ser Ghibli sin ser Ghibli.

Quiere ser Zelda sin ser Zelda y quiere ser Ghibli sin ser Ghibli.

Desde la introducción del juego pensamos que estamos en un producto del bueno de Hayao y cuando comenzamos a jugar, pensamos que estamos en uno de señor Shigeru.

Por un lado su estética Miyazaki, llena de detalles y animaciones que transmiten vida y por otra un gameplay muy Zelda, incluso con guiños como los corazones o la musiquita al resolver un puzle.

Por favor, esa ballena encima de la casa, Ghibli total.

Artísticamente el mimo que transmite Eastward es sublime. El juego busca sumergirte en su historia a través de los ojos. Unos escenarios enfermizamente detallados, llenos de detalles, poblados imposibles donde barcos hacen de casas, ruinas de otro tiempo, ciudades a la vez vivas y a la vez melancólicas. Todo ello con una animación de personajes deliciosa, que se encienden un cigarro mientras te cuentan alguna historia o chismorreo o se limpian cómicamente el moco que le cuelga de la napia.

Artísticamente el mimo que transmite Eastward es sublime.

Abrir un grifo, pegarle una patada a una piedra o a un balón, encender las luces del baño al entrar o abrir un armario o cajón o ver como el escenario se ilumina parcialmente al entrar en una instancia o tocar determinado objeto, hace sentirnos que estamos en un juego retro que quiere ser un juego moderno y esa mezcla, es maravillosa.

El único sitio donde puede desmerecer este apartado artístico es dentro de las propias mazmorras del juego. Resultan muchas veces un tanto simplonas en comparación al resto de escenarios y desmerece el resultado final. Pero nada que empañe la experiencia.

Por último en este apartado me gustaría hablar de la música. Simple y llanamente, cumple. Melodías acordes a lo que estamos viendo, pero por lo menos en mi caso no son esas canciones que se te quedan grabadas en el cerebro. Quedan bien, le pegan y ya. Trabajo correcto.

Una historia que te sumerge

Sabéis que nunca entro en la historia, eso es algo que tenéis que descubrir vosotros. Solo os puedo adelantar que es una historia emotiva, muy bien hilada, que desde el primer minuto te hace querer saber más, que intriga y que da unos giros de guión que te dejan el culo torcido.

El humor es hilo conductor de esta historia, pero contenido. Todos pensábamos cuando vimos el tráiler que estaríamos ante un Earthbound o un Undertale. Si, hay humor, es muy bueno, pero no llega a esas cotas. Muchas veces te saldrá una sonrisita, sobre todo con los diálogos de algunos personajes, pero aquí no tenemos ese humor absurdo y surrealista de los anteriores juegos mencionados. Os reiréis mucho, pero digamos que esto es más serio.

Que los puntos de guardado sean una nevera donde congelar tus recuerdos es una ideaza.

La sartén Maestra

El combate. Es Zelda. Punto. Pegar mamporros, usar objetos (hola bombas, hola Zelda) y recursos que encontraremos por los escenarios. Nos enemigos son bastante sencillos de matar. Normalmente en dos o tres mamporros los tendréis en el piso. Aviso, vuestro peor enemigo serán los nidos de serpientes. Como odio a las serpientes….

Como decía, el combate funciona bastante bien, algunas veces los ataques de John con la sartén son imprecisos, yo creo que es porque el radio de acción de ese arma es limitada, pero aún así no nos dará problemas. Sam, por su parte, no puede atacar propiamente dicho, es más bien un suport, pero que esto no os lleve a engaño. La magia del combate y el gameplay de este juego es combinar las habilidades de ambos. Para poder avanzar esto será vital y el tener que manejar por turnos a los dos personajes para resolver puzles para que el otro también pueda avanzar, es muy interesante.

Cuando conseguimos ciertas armas, repartir estopa es muy gratificante.

No quiero exagerar, pero es a escala, algo muy similar a lo visto en The Last of Us con Ellie y Joel (Ahora es cuando me tiráis carros de mierda encima). Pero visto con perspectiva, esa es la idea.

Como en todo juego de rol iremos desbloqueando nuevas habilidades y consiguiendo nuevos objetos, además, por el camino nos encontraremos otros compañeros con las suyas propias, pero como os dije antes, eso es algo que tenéis que descubrir por vuestra cuenta.

El juego tiene un fuerte componente de mazmorreo. Muy Zelda, repito. Si bien son mazmorras con muchos puzles entretenidos, no os darán mucha guerra y sus jefes finales tampoco. Tienen su mecánica y una vez se la pillas, caen sin problema.

Hay un aspecto a destacar. La comida. Claramente inspirado en Breath of the Wild (otra vez Zelda). Comer será básico para poder seguir adelante. Iremos desbloqueando recetas según experimentemos con ingredientes que vamos consiguiendo y nos proporcionarán determinadas ventajas. No llega a la profundidad de BOTW, pero cumple perfectamente. Aunque se podían saltar la tediosa animación cuando estamos cocinando, también, claramente copiada del BOTW.

Cógeme la mano…

…y vivamos nuestra aventura. Eastward es un juego LINEAL. No os esperéis un mundo abierto. No os esperéis chorrecientas misiones secundarias. Hay algún que otro minijuego un tanto insulso y después una historia paralela, una suerte de videojuego inspirado en Dragon Quest que se llama ‘’Earth born’’ (otro guiño a los clásicos) que da un poco de variedad al juego principal, pero que acabaréis desechando porque no deja de ser paja de relleno.

No os esperéis un mundo abierto. No os esperéis chorrecientas misiones secundarias

Eastward te cuenta una historia, una muy bonita historia y te lleva de la mano de un escenario a otro. Son unas 20 horas de juego. 20 horas de historia, con muchos giros, combates y gente a la que conocer. Pim, pam, pum, sin complicaciones. Por eso, en estos tiempos en los que parece que si un RPG no dura 200 horas, no es un buen RPG. Así que si teníais este juego en mente y tenéis otros RPG de mayor envergadura entre manos, mi recomendación es que os sumerjáis en él, lo juguéis del tirón y después os dejéis la vida y al salud en uno de esas 200 horas.

Disfrutar cada escenario como si fuera un cuadro o un cómic.

Total…

Eastward es una experiencia deliciosa. Una suerte de película de Hayao Miyazaki con un componente gameplay muy Miyamoto. Es un juego hecho con mucho cariño y mimo, en el que pocas cosas desmerecen y casi todo lo hace bien. Sobre todo, contarnos la historia de Sam y John en la que cuando os deis cuenta, estaréis atrapados. Tiene sus defectos, sus carencias y no es ni mucho menos el GOTY, pero consigue hacer algo mágico  que hoy en día es muy difícil que haga un juego. Que pienses en él, cuando no lo estás jugando.

Y es que no hay nada más bonito que encontrar la luz, cuando todo es oscuridad.

 

 

PD: Cuando lo juguéis lo entenderéis.

Eastward es ese ramen bien hechito. Que tiene un montón de cosas y cuanto más comes, más cosas aparecen. Todo está en su sitio. Es un juego que no recordarás el resto de tu vida, pero te hará vivir el instante del juego de una forma mágica.

POSITIVO


  • El arte del juego es sublime
  • La personalidad de los personajes
  • Duración justa, ni más ni menos
  • Se agradece un sistema de progresión amable
  • La historia engancha desde el minuto uno

NEGATIVO


  • NO está traducido y a muchos os tirará atrás
  • La música aun siendo correcta, no te vuela la cabeza
  • El combate en ocasiones puede ser impreciso
  • Las mazmorras son un tanto simples
  • Muchas veces peca de ser demasiado Zelda
Corneo

Juego,leo y escribo

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