Es raro que me toque comentar un JRPG o un RPG en general. Este género suele estar monopolizado por nuestro experto en la materia, Don Corneo, pero como no hay regla sin excepción, aquí está un servidor que suele navegar más en historias de terror, arrebatándole un trozo del pastel a mi compañero.

Y es que Sea of Stars me ha robado el corazón por completo, y tras más de 25 horas invertidas en su historia principal, necesitaba escribir sobre ello.

La IP de los creadores de The Messengers es una declaración de amor a los JRPG de los 90 y principios de los 2000, y en ningún momento huye de ello. Pero empecemos por el principio.

La IP de los creadores de The Messengers es una declaración de amor a los JRPG de los 90

¿De qué va?

Somos los guerreros del solsticio, los últimos elegidos para luchar contra un mal que azota nuestro mundo. Controlamos los poderes de la luna y el sol, y nuestro destino está trazado desde el mismo instante que nacemos.

¿Una típica historia de RPG, cierto? Pues nada más lejos de la realidad. Sea of Stars abraza una trama a priori simplista para retorcerla, variarla, agitarla y enrevesarla de tal manera que en más de una ocasión, cuando ya pensamos que estamos llegando al final de la misma, cambia totalmente.

El viaje que los héroes tienen que realizar es solo la excusa para ir añadiendo cada vez más complejidad e interés a la historia de nuestros personajes. Conforme pasan las horas, comprobaremos que lo que se antojaba  una historia sencilla, se complica cuando se unen más actores principales al plantel.

Ciertos acontecimientos podremos vivirlos desde diferentes puntos de vista.

Toda esta historia está perfectamente narrada, y ciertos acontecimientos podremos vivirlos desde diferentes puntos de vista. No voy a adentrarme mucho más para no estropear la sorpresa. Solo diré para acabar este punto que en cierto momento más de uno soltará una lágrima.

Pero empecemos a analizarlo como se hacía en los 90.

Podría decir simplemente “PIXEL ART PERFECTO Y PRECIOSO,” pero sería quedarme corto. El juego luce espectacular. Lo he jugado en televisión con Series X y en portátil con la Switch OLED, y en ambas se ve un arte que enamorará a los amantes de los juegos en 2D.

Ojalá empresas con más músculo financiero se fijaran en cómo trabajan las pequeñas desarrolladoras indies.

Transparencias, perspectiva, iluminación, animaciones; podría nombrar todos los apartados gráficos que toca el juego, y en todos tiene un sobresaliente. La pasión por el detalle que Sabotage ha demostrado en este título es digna de elogiar (recordemos que ha sido financiado en parte por Kickstarter). Ojalá empresas con más músculo financiero se fijaran en cómo trabajan las pequeñas desarrolladoras indies.

El juego, además, cuenta con cinemáticas animadas que, en contados momentos  complementan la historia. Estas escenas son bonitas, pero con lo perfecto que es el pixel art, a mí me hubiera dado igual que todo se hubiera hecho con él.

Lo del arte de este juego es de locos.

Cada localización tiene su toque mágico, ya sea un pantano, un desierto o una cueva, da igual. Los assets no suelen repetir más allá que en algunos momentos en que es necesario para dar continuidad. Insisto, el trabajo es sublime.

Notamos la inspiración de los JRPG de la vieja guardia

En este apartado es donde más notamos la inspiración de los JRPG de la vieja guardia. A mí, el juego me recuerda todo el tiempo a Illusion of Time (sé que este es un action y no un JRPG) y Golden Sun. He de decir que en ciertos momentos incluso a Secret of Evermore (ese primer Boss bicho gigante). Pero supongo que dependerá también de cada uno de nosotros. Poco más puedo decir, pero el juego en lo gráfico, como en el resto de apartados, siempre va de menos a más.

Esa melodía…

Melodías maravillosas, efectos que encajan a la perfección y una banda sonora que se te quedará y que ha sido elegida de manera sublime para que encaje en cada combate. La banda sonora está tan bien hecha y es tan buena que impresiona. Puede que este sea el apartado del que menos se hable en el juego, pero eso no quita que sea imprescindible para que el juego sea tan sumamente bueno.

Lo de la jugabilidad

Sea of Stars podría calificarse como ilegal porque es una completa adicción. Es un juego que, si te gusta el género, lo empezarás a jugar y lo devorarás. Estarás horas con él y aún así te sabrá a poco, queriendo adentrarte más en su lore. Los combates son por turnos y a su vez muy dinámicos. La combinación de personajes, combos, magias y ataques hace que no nos aburramos.

Es un juego que, si te gusta el género, lo empezarás a jugar y lo devorarás.

Cada personaje controla cierto elemento y ciertas armas. Zale controlará la magia Solar, Valere la de la Luna y Garl es el cocinero guerrero con ciertos parámetros de apoyo (hay bastantes más, nombro estos tres porque están desde el inicio). Pues solamente con estos tres ya tenemos varias combinaciones de ataques, combos y curación.

Además, cada enemigo es vulnerable a ciertas características y ataques de los miembros del grupo, con lo cual debemos intentar usar el ataque adecuado en cada enemigo.

Los combates son tremendamente accesibles y limpios.

Este sistema es fácil e intuitivo de usar, y el título presenta un tutorial integrado en la historia, nada intrusivo y ameno, para que nos sea fácil aprender a usar los ataques, magias e incluso bloquear a los enemigos.

Puedo escribir cientos de detalles de por qué el juego es tan bueno y merece ser jugado, pero sería arruinar la experiencia del jugador. Porque en esencia eso es lo mejor de SEA OF STARS: “La experiencia” que te llevas al jugarlo.