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¿Y si Lorca tuviera un Smartphone?

Setenta y seis. Setenta y seis podría ser el nombre de una inédita creación literaria de Federico García Lorca, ojalá, por desgracia nada más lejos de la realidad, 76 es el número de años que separó el asesinato, que no fallecimiento, del genio de Fuente Vaqueros, frente al nacimiento de una corriente que nos golpeó y arrastró a -casi- todos, el ‘boom’ de los Smartphones.

Federico no tecleó comandos imposibles en MS-DOS ni gastó parte de su paga pesetera en ninguna recreativa, García Lorca no tuvo que recordarle al Prof. Oak cómo se llama su nieto ni le escribió un poema Aerith. Sin embargo, siguiendo sus pasos pero jamás poniéndonos en aquellos zapatos de época, podemos jugar con la fantasía y el recuerdo de todo un legado para recrear cómo sería la vida del escritor en tiempos del TikTok, los millennials y los móviles táctiles cuya batería no aguanta ni hasta la tarde.

Si Lorca hubiera tenido un Smartphone no solo conoceríamos su lado más íntimo mediante sus obras, sus cookies le dirían a las multinacionales más importantes cada cuánto se compra un traje, su talla, y hasta el color de la pajarita que más le gusta. El modelo de la libreta del ALE-HOP donde anota sus frases, el color del boli del Tiger y hasta el mensaje a misterwonderfulizado de la taza que le regalaron por su cumple.

Si Lorca hubiera tenido un Smartphone habría sido el rarito de Tuenti que en lugar de fotos en botellones multitudinarios solo tendía capturas de pantalla de casos de ascodevida.com, habría visto vídeos de recetas en Facebook sin intención de publicarlas en Instagram, simplemente la por pasión a realizar una obra culinaria, -o por gula, ¿quién sabe?-, y cuyos tuits se retuitearían masivamente pero muy pocos se habrían interesado por la persona de detrás de la pantalla, los pocos que lo hicieran se autodefinirían como Lorquibers.

Si Lorca hubiera tenido un Smartphone habría buscado Pokémon y no musarañas, su aventura literaria en habría empezado en Wattpad y no en hojas de cuaderno de cuadrículas mientras oía a su profesor de matemáticas de fondo, y habría realizado sus primeros pinitos en el mundo del arte con Pinturillo 2.

Si Lorca hubiera tenido un Smartphone sus obras más rompedoras podrían haber sido ‘Poeta en Pisos Picados’, ‘Poema del Drill’, ‘Verde que te quiero verde y demás colores porque todos somos iguales’ o ‘Dime qué lees y te diré quién eres si no te molesta’, entre otros.

En definitiva, Federico García Lorca en la actualidad habría sido fusilado… A matchs en Tinder.

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